El
28 de septiembre me despidieron del
CES Felipe II. Nos citaron a unos
cuantos compañeros y nos fueron llamando uno a uno al despacho de dirección. No
os podéis hacer a la idea de lo duro
y difícil que ha sido todo este proceso, que aun afrontando una perdida de un
buen trabajo, la noticia del despido se vivió como un alivio. La situación para los profesores y alumnos
que todavía permanecían en el CES Felipe II era muy decadente, muy sucia y muy cutre. Por otro lado la propuesta de la URJC (Universidad Rey Juan Carlos) obligaba a
ejercer la docencia con escasísimas garantías de calidad docente, con una
perdida importante de condiciones laborales y un futuro profesional muy
incierto. Todo bajo un marco legal muy cuestionable.
Última foto ficha minutos después de ser despedido |
Al día
siguiente me vestí el traje de gala
para asistir, como parte del tribunal, a la Tesis Doctoral de Cristina Gómez
Barrio, que realizó un fabuloso trabajo sobre la utilización del Barnner en la performance. Allí llevé el
único Barnner que utilizamos Pilar y yo en nuestro puesto de alistamiento
Posbolonio; se lo regalé a Cristina en nuestro nombre. Instalé el Banner en la parte delantera de la
mesa del tribunal, presidiendo posiblemente el acto más posbolonio del mundo
académico: la lectura de tesis. En este pomposo evento, cargado de absurdos
formalismos, el doctorando/a abandona su condición de estudiante y comienza su carrera
de investigador/a, haciendo posible su proyección como docente universitario. Si
el doctorando/a es capaz de aguantar
la retahíla de increíbles y arbitrarios requisitos académicos, adquirirá el
titulo de doctor, y estará listo/a para el gran
circo académico.
Lila, Wolfgang, Cristina y otros miembros del tribunal. En la mesa se ve el barnner del puesto de alistamiento posbolonio. |
Última foto de Pilar y yo vestidos ambos de posbolonios |
Pilar quitándose el uniforme. |
Ya ha pasado más de un mes de mi despido, y más de una semana de la despedida, y lo que tengo claro es que el posbolonio pide en mi caso también un final. No realizó ya actividad posbolonia alguna, y cada vez cuesta más ser consecuente con este proceso. La performance posbolonia tiene una identidad y un proceso autonomo muy marcado. El destino, tremendamente caprichoso, se empeña en abofetearte una y otra vez para demostrarte tus limitaciones y tus inseguridades. El posbolonio tiene que terminar con dignidad, pero antes de ello prometo hacer las posbolonizaciones que tengo pendientes.
Salud y
orgullo posbolonio.