viernes, 20 de septiembre de 2013

Por poco un posbolonio en paro


¿Qué ha pasado con el blog? ¿Te han herido en combate? ¿Te ha comprado el enemigo? ¿Has desertado? Pues no, nada de eso. Cierto es que han pasado muchas cosas, que me han hecho plantearme el proyecto y dudar. Ahora os cuento:



El pasado mes mayo nuestro centro recibió la noticia de la posibilidad de cierre, que vino de una manera repentina, sin previo aviso y bajo unas circunstancias muy poco claras, que ponían en evidencia la falta de organización y cuidado de los responsables directos de nuestro centro. El tono de reivindicación del proyecto del uniforme pasó a un segundo plano, pues la prioridad era salvar el centro.





Estuvimos un mes, más o menos, de protestas, manifestaciones y mucha incertidumbre, hasta que recibimos la noticia de una tregua de un año, que no aclara para nada el futuro de nuestro centro. Como aspectos positivos, por un lado, el apoyo incondicional de una parte muy importante y numerosa del alumnado, y por otro lado, la unidad que mostramos los profesores de nuestra titulación. Hemos vivido momentos increíbles, en donde se puso de manifiesto la implicación y la fortaleza de este proyecto educativo. Yo no soy muy generoso en elogios, pero fue impresionante. 





Durante todo este proceso se apreciaron desde el primer momento las estructuras asamblearias y de organización del 15M, llevadas a cabo magníficamente por los alumnos. (https://www.facebook.com/NoAlCierreDelCes?fref=ts ). Gracias a estas dinámicas se sentaron la bases de una plataforma del Ces Felipe II, que pretende buscar una estructura de comunicación y organización más horizontal. Un bonito germen que tendrá que luchar con las implacables dinámicas académicas, interpretadas de una manera muy poco pedagógica y tremendamente restrictiva. Este año promete ser muy movido.




El final de curso fue increíble, mezcla de amenazas y camaradería; incertidumbre y asociaciones entre profesores y alumnos; presiones académicas y dialogo; amenazas y organización horizontal. Frente a la presión académica del final de curso se organizaron unas Jornadas culturales realizadas para mostrar a la comunidad educativa que el colectivo real que forma la universidad, alumnos, profesores y personal no docente, sienten la docencia de una manera diferente y no entendemos las trabas institucionales a proyectos educativos que funcionan por sí solos.  






Los meses de verano también fueron convulsos. Todo esto sucedió en medio de una estructuración de programas (¡de licenciatura a al plan Bolonio!), restricción de presupuestos a la educación, situación económica delicada del centro y alguna destitución ruidosa. El presente curso todo cambia. Nuevas asignaturas bolonias, con horarios rocambolescos, malabares didácticos, y revoltijos burocráticos para mantener una estructura asfixiada desde arriba. 





El pasado martes Pilar y yo quedamos para tomarnos un té. Ambos en momentos vitales importantes, nos comunicamos cómo afectaba todo lo que vivimos a nuestro proyecto. Como siempre, como un ritual preformativo y catártico, decidimos que el posbolonio seguía. Ambos realizamos también autocrítica y pensamos en generar, a partir de ahora, un discurso más positivo, creador y optimista. Seguimos aquí y sonriendo.